Escucha Hijo
Si conservas la cordura cuando en torno tuyo todos
pierden la cabeza y te inculpan
Si sabes esperar sin fatigarte
Si, aunque te mientan, rechazas las mentiras; si
siendo odiado, al odio no sucumbes.
Si puedes enfrentar triunfo y derrota sabiendo que
uno y otra son farsantes; y al ver destruido lo que amas te dispones a
rehacerlo con esfuerzo.
Si puedes apilar lo que has ganado y arriesgarlo en
una sola apuesta, y perder, y empezar desde el principio sin expresar tu pena
con palabras.
Si al hablar con multitudes no te quiebras, ni te
doblegas al tratar con reyes, si ni amigos ni enemigos pueden lastimarte.
Tuyo será el mundo y aquello que contiene y, mejor
aún, serás un hombre, Hijo.